Una mala cita

Ahí estás, con ese joven que te gusta. Los dos sentados a la mesa de un bar. Se miran. Él te mira a los ojos y vos lo miras. Es un instante de intimidad en el que ya te imaginás con un
vestido blanco con una cola de tres metros entrando en la iglesia San Francisco y él esperándote frente al altar. Es la primera cita y te ajustaste y subiste y focalizaste en tus puntos fuertes. Un escote pronunciado, pero no tanto, como para seducirlo pero no asustarlo. Ya casi sentís sus labios cerca de los tuyos, cuando explota uno de los breteles de tu corpiño y salta, casi dejando tuerto al que iba a ser el padre de tus hijos. La tira vuela por los aires, desbalancea el escote, arruina el momento y te imaginás no ya en la iglesia, sino en la guardia del hospital, tratando de explicar cómo se hizo daño el muchacho en cuestión. Salís como expulsada hacia el baño y te encerrás largo rato allí. Estás desesperada; ya arruinaste otras primeras citas. Pero una cosa es romper un corazón, que no se ve y, otra muy diferente romperle un ojo. Te lo imaginás con un parche en el ojo y ya no te gusta tanto. Tenés miedo de salir y enfrentar la realidad. El baño es un habitáculo pequeño e incómodo. No te imaginás ni entendés cómo alguien pueda tener fantasías sexuales en un lugar así. Menos con vos y ese metro ochenta exuberante que no podés disimular. Entonces escuchás su voz que te pregunta si estás bien. Él te pregunta ¡a vos! si estás bien. -Sí. Ya salgo.-le decís. Te limpiás un poco la cara con las manos y lo ves. Ahí parado afuera del baño de mujeres con sus dos ojos intactos y desorbitados, con una expresión de sorpresa; preocupado por vos que saliste disparada (como el bretel de tu corpiño). No se besan ese día. Ni ningún otro día. Él te gusta pero a él no le gustás. Sospechás que ni siquiera le gustan las mujeres. Salen muchas veces más. Nunca mencionan el episodio del bretel. Te acompaña de regreso a tu trabajo y es muy lindo caminar a su lado. Sabés desde ese día que va a ser un hombre de tu vida. No el amor, pero sí un hombre. 

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