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Mostrando entradas de marzo, 2020
Carta de amor a mí misma
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Algunas cosas de las que me olvidé
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Hace años que me olvidé de andar en bicicleta. Los españoles dicen “montar en bicicleta “, como si hubiera que amansar y domar a ese objeto con ruedas, como si fuese un animal al que le podés enseñar algo. Recuerdo que aprendí en una pequeña, que me hacía doler las rodillas; no tenía frenos y los pedales estaban tan desgastados que eran un tubito metálico brillante. Era la época de ET y me imaginaba volando en mi desvencijada bici y atravesando la luna. Cada vez que iba al lavadero de casa, buscaba debajo de la pila de ropa sucia a un extraterrestre que viviera una gran aventura conmigo. Pero así como nunca tuve una cita con ese hombre que aparece en mis sueños, nunca encontré más que algún sapo o un ratoncito sin ningún encanto, y que huyó asustado al verme. Crecí y tuve que conformarme con una aburrida realidad en la que no encontrás criaturas fantásticas en tu casa. Ahora en este aislamiento añoro esa bicicleta de la que, seguramente, me caería muchas veces hasta volver
¿Por dónde empezar a escribir?
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Querés escribir y es algo que vas procastinando desde que tenés memoria porque no sabés por dónde empezar. Crees que los que escriben tienen habilidades extraordinarias. La diferencia entre un escritor y alguien que no es, es la acción. El escritor escribe. Podés empezar desde donde estás. Que todos escriban, no para que todos sean escritores, sino para que nadie sea esclavo. Ildiko Nassr, San Salvador de Jujuy, marzo de 2020 La escritura es la cara de la moneda en la que la cruz es la lectura: leer y escribir son las dos caras inseparables de una moneda que está al alcance de todos. Para aquellos que creen en la inspiración y en las musas, les ahorro tiempo: no sigan leyendo. Este texto no es para ustedes. Lo primero es estar dispuesto a escribir. No todos estamos dispuestos a escribir. Escribir es explorar. Muchas veces no sabés qué vas a encontrar. Es importante planificar. Estar listos. Escribir a diario. Escribir un diario (manuscrito, de ser posible). Hago mías las p
Bitácora del aislamiento
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Exploro mi casa. Exploro mi propia imaginación. Busco con ojos nuevos algo que se me haya pasado por alto. Esa huella de animal salvaje que haya pasado desapercibida. Algo que haya escapado de la sartén en la cocina o del placar del dormitorio. Una sensación esperanzadora. El heroísmo que creía que tenía que tener para sobrevivir a una guerra. Soy una privilegiada en una casa grande, con patio y biblioteca y mujeres que amo y admiro. Pero de nada me sirven ahora algunas habilidades aprendidas en mi temprana adolescencia como el código Q o el código morse o disparar un arma o encender fuego con dos piedritas. O recitar el abecedario al revés. No puedo escribirle ni un mail al hombre de los ojos tristes porque su guerra es diferente a la mía y mis palabras no son suficientes para servir de caricia o apoyo cuando él tiene que batallar en el campo de guerra que es la calle. A diario. Dejar a su pequeño hijo en casa y salir a luchar por él. Por mí. Por todos. Él. El valiente caballero
El amor requiere sacrificios
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Diosas andinas
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Diosas andinas apegadas a un silencio que grita avanza construye sabiduría alquimia tierra (no es casual que el color de nuestra piel sea como el de los cerros) marrones naranjas verdes cactus estandartes belleza poder las voces de los abuelos hablan en otras lenguas resisten resistieron a la fe al idioma al tiempo somos mixtura de toda una historia de silencios y cuchicheos una historia que hoy sale a la luz y nos dice
Libros para el aislamiento
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San Salvador de Jujuy, marzo de 2020 Ildiko Nassr Lo único bueno contagioso es la lectura. Si querés que tus hijos lean, lo mejor es no obligarlos: si te ven leyendo, lo más probable es que, en algún momento, acaben leyendo. Es bueno tener libros en casa, al alcance de la mano. Hoy estamos frente a un problema global en el que todos podemos colaborar: solo nos piden que nos quedemos en casa. Para muchos es una pesadilla. Para otros, una oportunidad. La oportunidad para comenzar (o terminar) esa novela que dejaste a la mitad o no empezaste porque sus 300 páginas te acobardaron. Si optimizamos nuestro tiempo y le dedicamos un tiempo a la lectura, tendremos múltiples beneficios que van desde el entretenimiento a la incorporación de nuevas palabras o de las palabras a la imaginación o de la realidad a la ficción. Pero el asunto ahora, es otro. ¿Por dónde empezar? Siempre es bueno empezar en donde uno está. Así, es una buena opción empezar por nuestra biblioteca. Ordenar
Mal de ojos
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El mal de ojos, creían las zíngaras, se metía en el cuerpo del niño tan solo con la mirada Sandra Comino Tiene que volver a nacer borrarse esa mirada fea y hacerse de una nueva recién estrenada un parto de mentira desde el cuerpo muerto de una vaca en el matadero aún tibio aún palpitante sangre de muerte sangre de nacimiento parto dolor nacer y morir son lo mismo por eso algunos pueblos no lloran la muerte de los bebés angelitos custodios angelitos de alas pequeñas angelitos que no renacieron él volverá a nacer Si no vuelvo a nacer, me seco y me muero Mamá, ¿estás allí?
Poema - declaración de amor
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