ILDIKOTXT

De chicos no sabíamos que este día tenía su origen en un episodio nefasto de la historia y nos divertíamos y enojábamos con las bromas de las tías. Todos caíamos en sus bromas. Eran “buena gente del campo" así que todos confiábamos en su buena fe. Eran bromas muy inocentes pero ellas se reían con la simplicidad de los niños y luego volvían a su seriedad habitual. Cambiaban el azúcar por la sal y te convidaban mates salados y la comida se arruinaba (o mejoraba, según cómo se saboree) con el azúcar. Hacían empanadas y humitas rellenas de algodón y las ofrecían a clientes y proveedores del almacén.  -Comé, comé-, insistían. -Estuve cocinando toda la noche…  Y ¿cómo negarte? Casi siempre sus bromas tenían que ver con lo gastronómico. Pocas veces te decían que tenías sucia la cara y te "limpiaban" con betún de zapatos. Soy la menor de mis hermanos (y durante mucho tiempo, la menor de los primos) así que tengo menos recuerdos de las hermanas de mi papá en este día que,

Microrrelato inédito

En el programa de radio mexicano GENTE DE POCAS PALABRAS, dedicado a las mudanzas, leen este microrrelato mío inédito. En esta oportunidad, se conjuga la música y la literatura en un programa de colección.  MUDANZA  Ildiko Nassr  Lo que más lamenta de cambiar su domicilio y vivir a media cuadra de la (calle) Libertad es que el espacio es tan pequeño. Hace bromas del tipo: si llega a ocurrírseme alguna idea, tenemos que tirar la moneda para ver quién se queda, quién se va. Pero extraña su casa, sus antiguos vecinos, la biblioteca enorme… tuvo que vender todo para mudarse. La ropa, los libros, los electrodomésticos que nunca había usado. Se le iba el alma con cada oferta miserable que le hacían por sus tesoros. Cada objeto contaba una historia que sólo ella sabía. Pero tenía que irse. Crecer. Seguir su camino. En la gran ciudad es anónima. Nadie la mira. Ni siquiera el portero del edificio le responde el saludo. Se refugia en los cines de la calle Lavalle. Elige películas que