ESCRIBIR ES COMO HACER EQUILIBRIO EN UNA CUERDA FLOJA SOBRE UN PRECIPICIO

Este cuestionario lo hizo Piero De Vícari bajo el lema LOS MICROFICCIONISTAS TIENEN LA PALABRA en el año 2018.










“ESCRIBIR ES COMO HACER EQUILIBRIO EN UNA CUERDA FLOJA SOBRE UN PRECIPICIO…”

 1/ Según tu opinión, ¿qué rasgos identifican a la microficción por sobre el resto de los otros géneros literarios?

 Lo que me fascina de la microficción es su equilibrio entre la prosa y la poesía, la apropiación de elementos que destruyen los géneros para instalar uno nuevo, con nuevas reglas y múltiples posibilidades. Micro no significa más fácil sino que es una invitación a pensar, a bucear, indagar…

 2/ Si tuvieras que realizar una definición personal de la microficción con solo tres palabras, ¿cuáles serían?

 Pruebo varias opciones:
 • Economía del lenguaje
• Multiplicación posibilidades ficcionales
• Ficción súbita, condensada
• Breves ficciones escurridizas
 • Poder del relámpago
• Unir palabras poderosas

 3/ ¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Cómo llega a plasmarse la historia en tu microficción?
 Creo que no hay un proceso creativo estable. Lo único que permanece es el cambio, como en el I Ching. Ante cada nuevo texto, soy una aprendiz. He intentado hacer como trabajo de oficina, con un horario riguroso para escribir y me funcionó durante un tiempo. Luego, sobrevino el desierto. También he escrito a pedido (de editores, de amigos, para convocatorias). Lo que permanece es la tríada lectura-escritura-corrección. Mi creatividad hace pie en dos movimientos que son caminar y leer. Salgo del desierto con caminatas o lecturas. Y escribo. A lo que salga, en primera instancia. Luego, decanta lo que sobrevive. Barrer, bordar son las acciones que siguen al torbellino de la escritura. Creo que soy más lectora que escritora. Me gusta más leer que escribir. La escritura es el desafío, aquello que está siempre por suceder. Cuesta. Es sacrificio. Trabajo. Inseguridad. Escribir es como hacer equilibrio en una cuerda floja sobre un precipicio. Hace unos años escribí un poema que un poco plantea la desazón de quien escribe (y publica): ser poeta es caminar por la calle desnuda con unas alas enormes y zapatos de tacón Agregaría que no sólo caminás desnuda, con alas enormes y zapatos de tacón, sino que llevás una cámara polaroid e intentás captar instantes (o retazos de conversaciones). En Jujuy, salís a caminar y siempre encontrás alguna historia, algunas palabras, un paisaje, una leyenda, un personaje… y de esas realidades, das el salto con la imaginación y todo lo que sabés y sos… y aparecen algunas palabras que demoran en llegar a la pantalla porque las manos son más lentas que el pensamiento y aunque sacaste una foto, trabajás con las palabras (son tu materia prima principal). Te gustan las palabras, las decís en voz alta, las pensás, las repetís, te fascina cómo se van uniendo para formar una imagen parecida a aquello que te imaginaste. ¿Cómo una palabra puede mover/conmover/ cambiar/crear el mundo?¿En qué momento captaste el instante o el relámpago y decidiste que allí había una historia? ¿Lo decidiste o estaba escondida? ¿Cuántas historias se te habrán escapado cuando le prestabas atención a esa? ¿Qué la hace especial? ¿Por qué no pudiste escribir otras historias, usar otras palabras? ¿Qué hubiera pasado si en vez de salir desnuda con unas alas enormes hubieras usado el vestido azul? ¿Qué hubiera pasado si en vez de ir por la calle Belgrano hubiera elegido la San Martín? ¿Hubieran sido otras las historias? ¿Y si no hubiera sido alumna de la señorita Martha en primer grado? ¿Si no hubiera tenido asma? ¿Si no hubiera nacido en esta familia? ¿Si hubiera tenido otros hermanos? Vas tirando del hilo y surgen miles y miles de historias. Son infinitas. Es como cuando íbamos a pescar al Cabra Corral y había sobrepoblación de pejerreyes. Escribir es resolver problemas. Responder esas preguntas y hacerse otras nuevas. Tirar del hilo, ovillar, organizar, soñar, imaginar, racionalizar, emocionarse, etc.

 4/ Tenés en cuenta algún método en especial (selección, temática afín, etc.) al momento de preparar un libro de microficciones?

 En general soy medio caótica y eso se nota en mis libros. Un libro de micro ficción es como un universo, que se caracteriza por la diversidad y un cierto caos. Acaso un editor sea como un pequeño dios que orienta a ordenar ese caos con la ayuda del escritor. Y viceversa.

 5/ Contanos sobre tus libros de microficción editados: ¿cumplieron el objetivo trazado al publicarlos? ¿cuál de ellos te dio más satisfacciones (por comentarios de los lectores o crítica)?

 Placeres cotidianos (2007-2011-2017) Mi primer libro de microficciones lo publicó la editorial Perro Pila, de Jujuy. Lo presentamos días después de la muerte de mi padre. Tuvo buenas y malas críticas. Se republicó en un ebook con una pequeña editorial portuguesa. En 2017, la editorial Macedonia me sorprendió con el honor de que forme parte de la primera colección de libros de mf llamada Breves y extraordinarios. Es un libro nuevo, con unos textos y con un cuadro de mi hija, Ana Luz Alabí Nassr, en la tapa. El prólogo de Fabián Vique lo enaltece. Es un libro lindo de ver y de leer. Una chica en el supermercado me dijo que la sostiene en sus momentos de mayor tristeza un micro de ese libro. ¿Qué mejor crítica que esa? Si una palabra que escribí puede conmover a alguien, ¿qué más puedo pedir? Nota: no es libro amable. Los placeres cotidianos allí reunidos rozan lo peor de la condición humana. Y sin embargo.
• Animales feroces (2011) Animales feroces es un libro de formato pequeño que publicó Macedonia. Un hombre que me gustaba se aprendió de memoria alguno de los micros de este libro y los dijo en público. Otro hombre a quien admiro mucho me hizo una crítica feroz y me dijo que era un gran libro. Una mujer, en Berlín, lo compró, lo leyó rápidamente y me regaló chocolates en forma de corazón. No entendí muy bien su crítica, pero fue conmovedor.
• Ni en tus peores pesadillas (2016) Trabajé durante cuatro años dando clases de literatura en dos cárceles. Escuché y viví situaciones extremas sobre las que debía escribir. Las pesadillas tienen que ver con aquello que nunca quisieras vivir en la realidad. ¿Qué hago con todo esto?, me preguntaba. Y escribí. Si bien no aparecen todas las microficciones sobre esos contextos de encierro en este libro, los lectores han destacado algunos textos. Creo que el éxito de este libro está en el acierto del diseño en formato pequeño y en la dicotomía constante que aparece en la selección de los textos. El lector se sumerge en un universo con reglas muy claras pero implícitas. Lo sombrío se tiñe de ironía. Y el lector es tironeado por emociones diametralmente opuestas. Me han dicho cosas extraordinarias de este libro y me ha permitido vivir experiencias únicas. He conocido muchas personas interesantes gracias a él. Incluso me regalaron una torta con la reproducción de su tapa, en Londres.
• Los hermanos mayores (2017) Raúl Brasca escribió un prólogo muy generoso para este libro que inaugura la colección de microficción de la editorial Maten al Mensajero. Gong! El golpe y la reverberancia se llama la colección que dirige Mara Laporte. Mara es generosa y lúcida. Es fácil trabajar con ella. Fue una gran editora. Santiago Khan también. El libro está bien planteado y ha generado sorpresa en algunos lectores. También recibió unas críticas muy generosas. Aún no lo presentamos formalmente. Quiero decir, no hicimos una presentación del libro.
• Los lugares comunes (2017) Forma parte de un libro que hicimos con otras dos escritoras de Jujuy. Me divierten los lugares comunes y las posibilidades de interpretación que permiten. Trabajamos sobre la idea de la técnica japonesa del Kintsugi. Estaba rota y escribir no solo me permitió unir los trozos de mí sino que me fortaleció. Fue maravilloso el proceso de este libro, que se sintetiza en la palabra sororidad. Las críticas y lo que venga después, son un regalo.

 6/ ¿Como ves a la microficción en tu país? Los lectores aumentan o disminuyen?

 Me da miedo (o bronca) la banalización del género. Hay una gran cantidad de lectores. Creo que cada vez son más. Me preocupa la proliferación de escritores que no son lectores.
7/ Si tuvieras que elegir a los cinco microficcionistas que te han enseñado las cualidades más importantes del género y consideras de indispensable lectura, ¿cuáles serían?

 Liliana Heker, aunque no es microficcionista, me enseñó lo que es una microficción. Tuve grandes maestros, que han sido importantes para mí, especialmente por su generosidad. David Lagmanovich, Raúl Brasca, Ana María Shua son grandes maestros y de indispensable lectura.

 8/ ¿Estás trabajando en un futuro libro de microficción? ¿Cuál será su impronta?
¡Sí! Tiene que ver con la nostalgia y la recuperación de la memoria. Estoy obsesionada con el bordado así que algo de eso hay.

 9/ Si tendrías que darle un consejo a un joven escritor que se inicia en este género de la brevedad, ¿cuál sería?

 Que lea mucho y que no siga todos los consejos que le den, que experimente. Se aprende de los errores.

 10/ Nos regalás una microficción inédita?

 MAR
 El deseo de conocer el mar puede provocar la locura en quienes viven rodeados de montañas. Inventan historias y mitologías sobre lo que imaginan es esa masa de agua y dudas. Llenan los huecos del misterio con palabras cuyos significados no conocen. Apelan a la ciencia y a la literatura para explicar un origen de sal y escamas en los rastros en la piedra. Encienden velas y alimentan una fe confusa. Evitan viajar. El deseo es poderoso, pero no ha de conducir a la acción.

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