Mesa de Escritoras en Casa de las Letras

El viernes 9 de marzo coordiné una mesa de escritoras en Casa de Letras de Jujuy. Participaron Estela Mamaní, de Tilcara, Pamela Stemberger, de San Pedro de Jujuy, y Elizabeth Soto, de Palpalá.
Para presentarnos, les pedí que dijeran su nombre y un adjetivo que las representara. Los currículum extensos no son muy dinámicos y el espacio genera una intimidad que se quebraría con la lectura de una historia de vida académica.
La Casa de las Letras es una casa con sillones y puffs. Tiene un gran ventanal que da a la calle, por el que se asoman algunos transeúntes. Es un lugar amigable. Lo ornamentaron con frases, manifiestos e imágenes de mujeres que hicieron historia.
La dinámica del encuentro estuvo sostenida por el diálogo y la lectura. Algunos de los ejes sobre los que reflexionamos fueron:

  • El lugar que ocupa la literatura en nuestras vidas
  • El proceso creativo de un texto literario
  • El lugar de las mujeres en la escena literaria de nuestra provincia. La pregunta disparadora fue si alguna vez te sentiste desplazada o discriminada por el solo hecho de ser mujer. 
  • Los nutrientes para escribir. En este punto les pregunté qué están leyendo en este momento.
Hablamos también de géneros (literarios) y del orden/desorden de nuestras bibliotecas. 
Creo que somos escritoras que sumamos, no que dividimos. 
Luego de las reflexiones, leímos textos propios. 



Los sonidos de la naturaleza
 Todos
 en esta hojita de molle.
 Por este borde, el viento
 en esta nervadura, el agua
 más allá, un pájaro
 debajo, la luna
 y en la punta, el sol
 los sonidos
 de esta hojita
 despiertan el alma

Estela Mamaní 

Ella se come su piel muerta
 y pide perdón.
 Una señorita no debe
 andar con la vida a la miseria.
 Y si la vida es una miseria, que no se note.
 Pide perdón varias veces y escupe.
 Confiesa que ha tenido pensamientos pecaminosos
 con el vecino y la amiga
 y que ha pensado en tomarse
 las pastillas de mamá
 junto con las de papá.
 Pide perdón. La lista se engrosa
 y muchas cosas se repiten.
 Pide perdón, pide perdón.
 Tiene curiosidad por saber
 qué hay después pero no se anima
 y también pide perdón por eso.

Pamela Stemberger

Innuendo 
Acto I 
Entonces me quedo dormida y la cabeza me rebota contra el vidrio. 
Entonces me siento víctima del amor. 
él llega a nosotros cuando estamos vulnerables. Nos quita los ojos, la piel, la 
razón y teje un entramado de pulsaciones. Nos lleva a ver la miseria, tu casa 
de bloques, los perros flacos que nos rodean, los gatos en celo, las botellas 
vacías. Y lo más triste de todo esto no es amar, sino es amarte a vos. 
Elizabeth Soto

La emperatriz
La mujer permanece con los labios pintados y su mejor ropa. El cajón abierto permite que todos los presentes husmeen en su intimidad. Seguramente, se hubiera quejado. Pero sus labios están sellados ahora.
Su hija luce el anillo en uno de sus dedos. Aprieta tanto las manos que no se puede distinguir en cuál. Ha heredado un honor tan grande que no se siente a la altura. Sin embargo, viste su mejor sonrisa y observa con altanería a los intrusos.
Desde hoy, la emperatriz es ella. Lo único que lamenta no es la muerte de su madre. No podrá escaparse por las noches a vivir las aventuras que el día y las costumbres le prohíben.

Ildiko Nassr (de LOS HERMANOS MAYORES)





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