Caída
Caés y, en la caída, pensás en que ojalá no hayas dejado el gas abierto o una vela encendida. No pensás ni en el dolor ni en el hielo de las calles parisinas en enero. Te preocupa el bienestar dentro de tu hogar. Caés y no te podés levantar. El cuerpo no responde con la premura de cuando tenías 40 años. Pedís ayuda y nadie responde.
-Excuse moi, madame-, susurrás porque el dolor es una punzada aguda en todo el cuerpo.
-S'il vous plait-, pedís. Pero todos corren encerrados en sus celulares o en sus pensamientos . No se detienen a mirar al hombre caído en la calle. No les interesa la vulnerabilidad del otro, porque les muestra su propia debilidad. No mirar para no flaquear.
Te contás historias a vos mismo, como cuando te enfermabas de niño. Historias felices que te ayuden a no pensar. En el frío. En el dolor.
Recordás las manos de tu madre ajustando el cuello del abrigo, la bufanda.
Recordás a otras mujeres amadas. El calor de su cariño.
Pero nada te brinda consuelo en tu pesar.
Se te ocurren vestidos de lunares y vuelos. Tu pasión por el flamenco fue elogiada por tu mirada particular y por tu sensibilidad. Tus fotografías obtuvieron premios y fueron elogiadas por expertos y novatos. ¿Dónde se perdió esa sensibilidad mientras tu vida se evapora en el suelo helado? ¿Cómo es posible morir tan solo estando rodeado de personas?
Te entregás a este triste destino. Sabés que tus fotografías te sobrevivirán y esos que no te vieron morir mientras caminaban a tu lado, les darán like y compartirán la triste noticia en todas sus redes, encerrados en una pantalla.
https://elpais.com/cultura/2022-01-27/el-fotografo-rene-robert-muere-congelado-en-las-calles-de-paris-tras-una-caida.html
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