Mudanzas
En el programa de radio mexicano GENTE DE POCAS PALABRAS, dedicado a las mudanzas, leen este microrrelato mío inédito.
En esta oportunidad, se conjuga la música y la literatura en un programa de colección.
MUDANZA
Ildiko Nassr
Lo que más lamenta de cambiar su domicilio y vivir a media cuadra de la (calle) Libertad es que el espacio es tan pequeño. Hace bromas del tipo: si llega a ocurrírseme alguna idea, tenemos que tirar la moneda para ver quién se queda, quién se va. Pero extraña su casa, sus antiguos vecinos, la biblioteca enorme… tuvo que vender todo para mudarse. La ropa, los libros, los electrodomésticos que nunca había usado. Se le iba el alma con cada oferta miserable que le hacían por sus tesoros. Cada objeto contaba una historia que sólo ella sabía. Pero tenía que irse. Crecer. Seguir su camino. En la gran ciudad es anónima. Nadie la mira. Ni siquiera el portero del edificio le responde el saludo. Se refugia en los cines de la calle Lavalle. Elige películas que le permitan llorar. Cuando llama a su casa, cuenta maravillas y lo bien que lo está pasando. Su departamento es confortable y ya está formando una nueva biblioteca. Sabe que es mentira, pero lo dice creyendo en el poder de las palabras. En que operen su magia y pueda regresar.
http://www.ivoox.com/44892992
MUDANZA
Ildiko Nassr
Lo que más lamenta de cambiar su domicilio y vivir a media cuadra de la (calle) Libertad es que el espacio es tan pequeño. Hace bromas del tipo: si llega a ocurrírseme alguna idea, tenemos que tirar la moneda para ver quién se queda, quién se va. Pero extraña su casa, sus antiguos vecinos, la biblioteca enorme… tuvo que vender todo para mudarse. La ropa, los libros, los electrodomésticos que nunca había usado. Se le iba el alma con cada oferta miserable que le hacían por sus tesoros. Cada objeto contaba una historia que sólo ella sabía. Pero tenía que irse. Crecer. Seguir su camino. En la gran ciudad es anónima. Nadie la mira. Ni siquiera el portero del edificio le responde el saludo. Se refugia en los cines de la calle Lavalle. Elige películas que le permitan llorar. Cuando llama a su casa, cuenta maravillas y lo bien que lo está pasando. Su departamento es confortable y ya está formando una nueva biblioteca. Sabe que es mentira, pero lo dice creyendo en el poder de las palabras. En que operen su magia y pueda regresar.
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