Lecturas y relecturas

 






Hay lecturas que son como un buen taco. O como los tamales que vende el chico de la esquina de mi casa: te remiten a un lugar al que querés volver, como el beso del amado o las comidas de los domingos en la casa de Río Blanco. Rituales que, aunque repetidos, se renuevan cada vez y que querés compartir.

Llevás a tus amigos hasta ese lugar preciado y repetís el ritual: los mismos tacos, los mismos tamales y esos sabores siempre diferentes hablan de tu presente y de tu pasado. De quién sos. De dónde venís. Y de los placeres cotidianos extraordinarios (como el bordado).

Hay comidas (y lecturas) que pasan sin pena ni gloria y que ni las recordás. Nada. Ni una huella. Ningún deseo de volver.

Ordenando la biblioteca, que es como ordenar la vida y una nunca sabe cómo hacerlo: por colores, por tamaños, por autores, por editoriales y después de unos días, ellos van recorriendo distintos lugares y ubicándose donde quieren. En este empeño, me reencontré con este libro de Luis Bernardo Pérez.

Es de esos libros como los buenos tacos o los tamales del chico de la esquina de mi casa. No falla.

Si bien está ilustrado (por Silvana Ávila) y publicado por Alfaguara infantil, no hay edad para dejarse llevar por las historias de estos seis cuentos protagonizados por niños y niñas. Donde lo cotidiano se vuelve fantástico y un cajero automático en vez de dar dinero, da poemas. Una caja de arena se convierte en un desierto (con camellos, oasis y espadas). Nos adentramos en la vida de un tal Kafka cuya mascota es una cucaracha llamada Gregorio. Una llamada equivocada mientras se está pintando un mapa de México. Alguien reconoce a otra persona gracias a sus bordados coloridos y entablan una amistad más allá del tiempo.

Humor, intertextualidad, sensibilidad, tensión narrativa y buena escritura hacen de este libro un regalo de felicidad . Imágenes indelebles que recuerdan a ciertos rituales de la infancia.

Había leído “El extraño regalo y otros cuentos" en 2017 al regreso de mi viaje a CDMX. Fue una lectura rápida y con alegría, pero no me tomé el tiempo de escribir sobre ella. A veces me dan miedo las relecturas, porque puede ser que la sorpresa no sea agradable y, como con los tamales, pueden ser más salados o grasosos o pueden haber bajado la calidad y ser mejores en el recuerdo. Nada de eso pasó con esta relectura. Al contrario, volví a ser niña y disfruté de cada cuento más que la primera vez. Por eso, hoy que es miércoles y no hay columna porque estamos de vacaciones, quiero recomendar una experiencia de lectura de este libro, que es un regalo para la imaginación.

Y va un fragmento como aperitivo:

Te amo más allá de puertas y esquinas

de trenes que se han ido sin llevarnos

Homero Aridjis

También esas palabras me gustaron. Había algo extraño en ellos. Aunque no comprendía bien su significado (¿Qué tenían que ver las “puertas” y las “esquinas" con el hecho de amar a alguien?), me hicieron sentir rara, como si estuvieran diciéndome algo importante en un idioma misterioso; un idioma extranjero que, sin embargo, seguía siendo español.”

EL EXTRAÑO REGALO Y OTROS CUENTOS. Texto de Luis Bernardo Pérez. Ilustraciones de Silvana Ávila. Editorial Santillana. México, 2014

 

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